Clase #1. Antes de Escribir. Claridad para Pensar.
Encontrando espacio en la semana.
Deja de ver a la escritura como esta inmensa tarea intelectual, exclusiva para personas con mucho talento o grandes cantidades de tiempo. De hecho, ni siquiera puede considerarse una única tarea. Son varias más pequeñas, que se entrelazan y se difuminan entre sí.
Por eso, prefiero llamarla en vez de Escritura, Proceso de Escritura. Así establezco de entrada que se trata de actividades con un orden establecido y métodos para optimizar su funcionamiento. Además, la palabra Proceso indica que se trata de sistemas dinámicos que siempre estás afinando y perfeccionando.
Yo divido mi Proceso de Escritura en 5 Fases:
Consumo.
Ideación.
Planificación.
Redacción.
Revisión.
Cada una de estas fases demandan diferentes dosis de atención y concentración, por lo que el enfoque hacia ellas también debe ser diferente. La manera en que las vamos a distribuir a lo largo de nuestra rutina depende de los niveles de energía que necesitamos emplear para cumplirlas.
Consumo (nivel bajo de energía).
Ideación (nivel medio de energía).
Planificación (nivel medio de energía).
Redacción (nivel alto de energía).
Revisión (nivel bajo de energía).
Quiero resaltar un detalle, aquí no me refiero a los niveles de complejidad de cada tarea. La Revisión de un texto puede enredarnos la vida (lo sé muy bien), sobre todo cuando quemamos etapas en el proceso creativo. No. Hago esta clasificación en base a la demanda de atención y concentración que cada fase exige de nosotros.
Y aquí empezamos nuestro camino.
Te propongo un ejercicio práctico. Toma una hoja de papel cualquiera y un lápiz. Dibuja una tabla rudimentaria. En el eje horizontal escribe los días de la semana (de Lunes a Domingo), en el vertical las horas del día (desde las 6 am hasta las 10 pm), rellena el resto de la tabla con líneas horizontales. Te deberá quedar algo parecido a esto:
Ahora, vamos a establecer una pequeña escala para los 3 niveles de energía. Es muy simple, solo tienes que escribir en una esquina cualquiera de tu hoja:
alta (color rojo)
media (color verde)
baja (color azul)
Luego, examina con detenimiento tu semana y ubica todos tus tiempos libres.
¡No tengo tiempo libre, Dito!
Sí que lo tienes. Puedes empezar con las horas que le dedicas cada día a scrollear en Internet.
Lo maravilloso de este ejercicio es que te sorprenderás de lo segmentada que está tu atención. Al tomar conciencia de como distribuyes tu tiempo, notarás patrones negativos que repites constantemente y que te roban la energía que necesitas para dedicársela a las cosas que realmente te importan, tu negocio, tu salud, y tu escritura.
Una vez identificados tus bloques de tiempo libre, coloréalos en función de los niveles de energía que definimos. Te quedará algo parecido a esto:
Algunos tips para el éxito del ejercicio:
Las horas libres en la mañana, o las últimas de la noche, son mejores para los niveles altos de energía
Los bloques espaciados de tiempo (recesos laborales, transiciones entre actividades) son excelentes para colocar allí los niveles bajos
Los horarios de traslado, de ejercicios o de lectura, son ideales para ubicar allí los niveles medios
Toma un poco de trabajo al principio, pero vale la pena. Lo prometo.
¿Lo conseguiste? ¡Felicidades! Vamos al próximo paso:
En los bloques de alta energía, escribe: Redacción
Si son bloques de menos de 1 hora, desplaza las actividades que se encuentran debajo de ellos en porciones de 30 minutos, para que no hagas cambios bruscos en tu rutina que atenten contra su cumplimiento.
Si corresponden a lo primero que haces durante el día, plantéate levantarte 30 minutos más temprano.
Si corresponden a lo último que haces en el día, reorganiza actividades como ver televisión para que dispongas de ese tiempo libre.
Es normal si no consigues encontrar tiempo cada día para ellos, pueden estar espaciados durante la semana.
Acabas de establecer tu tiempo de Redacción.
En los bloques de energía media, distribuye Ideación y Planificación.
Los bloques de Ideación pueden estar dispersos por toda tu tabla, puedes ser flexible con esto. Una vez tu cerebro se acostumbre al ejercicio de arrojarte ideas de contenido, te encontrarás pensando en ellas constantemente.
Los bloques de Planificación puedes ponerlos antes y después de la Redacción, funcionan muy bien cuando se combinan.
Si bien la Redacción puede estar espaciada en la semana, la Ideación y la Planificación deben ocurrir todos los días. Para que puedas convertir la creación de contenido en un hábito, estas deben ser actividades recurrentes.
Por último, en los bloques de baja energía, escribe Revisión y Consumo.
Un lugar excelente para colocar Revisión es antes de postear o programar la publicación del día.
Consumo puede colocarse antes del horario de almuerzo o de comida (no después, protege tu digestión)
No coloques estos bloques entre los de Planificación o Redacción, esta es la receta perfecta para la procrastinación y la distracción.
¿Te parece mucho trabajo? Estás invirtiendo tiempo en conocerte mejor, y esto lo transformarás en resultados concretos en tu desarrollo como escritor. De aquí a 2 meses puede que ni te reconozcas.
Puede que tengas dudas sobre la colocación de los bloques de Redacción, en la mañana o en la noche. No sabes si vas a funcionar mejor en un horario o en otro.
Pues, en la entrada de mañana, te voy a compartir algunos consejos para identificar cuál de los horarios te sienta mejor y cómo puedes sacar lo mejor de ellos.
De momento, te dejo una encuesta, para que vayas reflexionando:
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Recuerda que este taller es la preparación para el reto 30 Borradores de Abril para LinkedIn, en la que escribiremos una publicación cada día.
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Hola Dito, excelente propuesta, la pondré en práctica para ver si mejoro mis tiempos de "producción", mi problema no es falta de tiempo, sino la cantidad de tiempo que le dedico a un post para producirlo, pasando laaaargas horas frente a la computadora. Gracias, gracias.
Que buen artículo. Aunque ya tengo mi sistema armado, está explicación me ayuda a optimizar detalles.