El Feedback es tu Amigo
Un artículo para entender el feedback y la manera de utilizarlo para mejorar nuestras mezclas
Uno de mis amigos me invitó a los ensayos de una banda que me gusta mucho. Como hace mucho tiempo no salgo debido a esta maldita pandemia acepté, sobre todo porque mi amigo es el técnico de sonido y hace tiempo no veo una consola de cerca.
Al llegar al teatro me acomodé en una de las últimas butacas de la platea pero de inmediato supe que algo no andaba bien. Podía escuchar a un volumen bastante alto las conversaciones de los músicos tras bambalinas, las pisadas y hasta algún que otro ruido gástrico. Cuando los músicos tomaron sus puestos, incluso antes de tocar nota alguna, me preparé para el estruendo.
¡¡UUUUUHHHMMMM!!
Todos lo hemos escuchado. El feedback.
El feedback ocurre cuando el micrófono capta el sonido procedente de los altavoces al mismo nivel que el de la fuente sonora. Esto es denominado ganancia unitaria, y comienza un ciclo de realimentación en el cual lo que el micrófono absorbe es amplificado nuevamente, aumentando rápidamente la precisión en una frecuencia determinada, aquella que sea más dominante en el espectro.
Esta retroalimentación, si gana en intensidad, puede destruir los altavoces y los oídos de los humanos en el proceso. Los músicos empezaron a protestar y yo me deslicé discretamente hasta la cabina de sonido. Mi amigo estaba muy nervioso. Le sudaban las manos mientras intentaba controlar aquello. Se movía entre los canales de la consola tocando botoncitos (el nombre correcto es controles pero la gente le llama botoncitos) pero la cosa no mejoraba. Le dije que se calmara, que en los ensayos era normal que pasaran estas cosas, pero él me respondió:
Pude ver cómo los ojos le dieron vuelta en sus órbitas mientras hablaba. ¿Un amigo? Me dijo que sería feliz si no tuviese que escuchar uno más en toda su carrera. Le expliqué que eso sí lo convertiría en un mal técnico de sonido, uno demasiado temeroso para entender su profesión.
Lo primero es definir qué el feedback es como un síntoma. En la medicina el doctor puede notar que tenemos alguna afectación por nuestros síntomas externos, a lo mejor tenemos enrojecimiento de la piel, dolor en las articulaciones, fiebre o calambres. Estas señales indican un padecimiento imposible de ver a simple vista. Es posible que la temprana manifestación de esos síntomas nos puedan salvar la vida.
Lo mismo ocurre con el feedback, es solo un indicador de que existen parámetros en nuestro trabajo que deben afinarse. Es una herramienta eficaz para conocer nuestros límites dentro de una mezcla. Por supuesto, es un ruido que no queremos que ocurra durante el concierto pero, lejos de mostrarnos temerosos, vamos a intentar entender algunas de sus posibles causas.
Falta de preparación
A veces al técnico le dan apenas unas horas para que tenga todo listo. La prisa es mal método. Corresponde al personal de producción garantizarle al sonidista el tiempo requerido para que se familiarice con el local e instale o revise el sistema de sonido.
Ubicación del sistema de sonido
A veces la disposición del sonido en un local responde a criterios estéticos y prácticos. Existen elementos técnicos que indican cómo y dónde se instala cada cosa, incumplirlos solo garantiza un mal sonido durante las presentaciones ¿Y a que no imaginan donde cae la culpa?
Mala colocación de los micrófonos
Hay micrófonos de diferentes tipos y cada uno tiene aplicaciones diferentes en el escenario, atendiendo a características como la direccionalidad o la sensibilidad. Una colocación incorrecta puede aumentar el nivel de ruido en nuestra mezcla, haciendo necesario elevar el volumen y estropear nuestro trabajo.
Mal manejo de los micrófonos por parte de los artistas
Sí, ellos también tienen responsabilidad. Esto recae mayormente sobre los cantantes. Tapar la rejilla del micrófono con la mano, apuntarlo hacia los altavoces de referencia o de amplificación general, son algunos de los errores que también pueden provocar feedback.
Nivel excesivo en los altavoces de referencia
Esto sucede mucho, a veces la banda sencillamente quiere escucharse más alto. El técnico intenta solucionarlo subiendo el nivel de sonido dentro del escenario o desplazando los altavoces hasta áreas poco recomendadas. En lugar de hacer esto, hay que educar a la banda o instalar sistemas de escucha "in ear" (en los oídos) para reducir el nivel dentro del escenario.
El sonido es un arte que demanda toda nuestra creatividad. No debemos limitarnos de alcanzar un resultado determinado por el temor a escuchar uno de estos ruidos. Se debe trabajar con responsabilidad pero también con libertad. Utilizar todos los recursos a nuestro alcance para conseguir el mejor sonido posible y que el público salga del teatro agradecido de haber pasado un buen momento.
No debemos aspirar a una mezcla sin feedback, sino a una mezcla que suene genial.
Ayudé a mi amigo a controlar la situación y el ensayo se realizó con éxito. Los músicos lo contrataron para una sesión de estudio donde espera aplicar estos conocimientos.
Pero, espera. En estudio estos conceptos cambian radicalmente.
¿Qué hacer entonces?
Lo veremos en otro artículo.
Gracias por leer.